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 El quedarse sin trabajo es uno de los problemas que más limitan y deterioran el estilo de vida cotidiano de las personas que se ven afectadas. Se provoca un cambio brusco en los ingresos, en las responsabilidades, en las actividades, en los horarios, en las relaciones sociales y en la convivencia familiar. En los primeros días la persona siente extrañeza por la nueva situación (¿y ahora qué hago cuando me levante?), incertidumbre e inseguridad porque no sabe cómo va a ser su futuro a corto, medio y largo plazo y según pasa el tiempo, frustración, desesperanza, preocupación por los gastos, inestabilidad emocional, ansiedad, tristeza, sensación de bloqueo y en algunos casos depresión, necesitando una intervención por parte de un Psicólogo. Toda esta situación se intensifica o no dependiendo de distintos factores que son importantes a tener en cuenta como son: la situación económica familiar, el apoyo de la familia y amigos, apoyo de recursos comunitarios, habilidades personales para afrontar los problemas, experiencias previas, estilo de comportamiento, toma de decisiones, formación, contactos, entre otras.

    Estar en paro no significa que la persona vaya a desarrollar obligatoriamente los trastornos psicológicos anteriormente descritos. Seguramente la persona que está en paro, dispone de habilidades profesionales, sabe hacer cosas relacionadas con su trabajo o trabajos anteriores y puede aprender a realizar otros muchos. Cuenta con la experiencia de haberse enfrentado a situaciones difíciles, posiblemente a una enfermedad, una separación, la muerte de un ser querido, y es alto probable que haya salido adelante a pesar de estas circunstancias adversas. Pero además cuenta con un repertorio de habilidades y competencias personales como la forma de relacionarse, de comunicarse con los demás, cómo gestiona sus pensamientos y sus emociones. Cuando la persona es consciente que tiene estas competencias y las pone en marcha en la dirección de estar activo ante las situaciones y no se deja arrastrar por ellas, está dando los pasos necesarios para salir de la crisis.

    Siempre es importante plantearse nuevos retos, nuevos objetivos y la persona que está parada con más motivo. Tiene que ser constante en la búsqueda activa de empleo y en la consecución del resto de los objetivos. Muchos de ellos comentan que no están motivados, que su estado de ánimo es bajo y no tienen ganas de hacer cosas. La motivación se inventa todos los días, es recomendable que planifiquen actividades organizándolas de tal manera que, inmediatamente después de hacer algo que no le gusta o no le apetece, realizar alguna actividad más gratificante. Reconocer positivamente que ha conseguido hacer aquello que tenía previsto. Darse la palmadita en la espalda de vez en cuando sólo depende de uno mismo.

    El mejor momento para actuar es en el momento presente, no hay que esperar a ver si la situación económica de España o de Europa o del mundo mejora. Hay cosas que no pueden controlar pero si pueden decidir qué hacer en el día a día, ante las circunstancias más cercanas y que pueden controlar directamente. La oportunidad de hacer cosas la tienen ahora. Pueden decidir el tiempo que dedican a la búsqueda de empleo, el tiempo y las actividades con la familia y amigos, hacer reajustes en los gastos, por ejemplo.

 

    Resistirse a la nueva situación creada una vez que se está en el paro sólo lleva a la incertidumbre y a la ansiedad. La flexibilidad, el facilitar y gestionar los cambios que tengan que hacer en su vida cotidiana les llevará progresivamente a adaptarse a la situación, pero no con los brazos caídos desde la resignación sino desde la proactividad para conseguir mejorar las cosas.

    Estrategias útiles para enfrentarse a la situación de estar en paro:

Elaborar objetivos realistas en cada una de las áreas más importantes de la vida, relación familiar, relación con amigos, salud, búsqueda activa de trabajo, formación, ocio,..

Seguir un plan de actividades diarias para conseguir cada uno de los objetivos propuestos.

Dedicar un tiempo a la búsqueda de trabajo de manera activa, consultoras, redes sociales, contactos personales, internet, otros recursos,…

Centrarse en el aquí y el ahora y no anticipar acontecimientos negativos futuros.

Aprende a identificar y reconocer tus emociones. La tristeza, la alegría, el miedo, la ira, la sorpresa, el asco…, se viven de manera intensa pero duran poco tiempo, esto facilita que podamos gestionarlas. Es importante aprender a expresar adecuadamente tu estado emocional y no demostrarlo de manera desmedida.

Gestiona tus emociones. Estrategias facilitadoras si te sientes triste: 1.Identifica la emoción. 2. Pregúntate si tienes datos objetivos como para sentirte así. 3.Después de dedicarle un tiempo a tu emoción es aconsejable que progresivamente te conectes con los estímulos que te rodean, tareas de casa y fuera de casa, quedar con alguien, alguna lectura gratificante…4. La conversación que tienes contigo que sea útil y que te facilite centrarte en el aquí y el ahora. 5. Arranca algún aspecto positivo de la situación.

      – Realiza ejercicio físico moderado.

      – Aprende a respirar profundamente y a relajarte para bajar el nerviosismo.

      – Dirige tu pensamiento hacia las cosas que puedes hacer, que estén bajo tu control.

 

    Como conclusión en todo proceso de cambio se necesita un tiempo para adaptarse, asumir la realidad y dar respuestas eficaces que le permitan a la persona estabilizar su estado de ánimo. Esto es lo que sucede cuando una persona está en paro pero ante esta situación, hay que ponerse en marcha y hacer  lo posible para que las cosas sucedan. Buscar el apoyo familiar y amistades y si comprobamos que no es suficiente porque nos sigue desbordando la situación es aconsejable acudir a un Psicólogo que te ayudará a enfrentarte mejor a los problemas.