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Tenemos estrés en el trabajo cuando se dan un conjunto de «reacciones nocivas físicas y emocionales, que ocurren cuando las exigencias del trabajo no igualan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador». Las respuestas del organismo se realizan a través del complejo sistema psico-neuro-endocrinológico.

La Organización Mundial de la Salud define el estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan el organismo para la acción”.

En general, ¿cuándo sentimos ansiedad o estrés? El proceso es bastante claro. Cuando nos encontramos ante una situación que percibimos como “problemática”, o como “prueba a superar”, se desencadenan en nosotros una serie de reacciones fisiológicas, que tratan de potenciar nuestro estado de activación corporal, para que podamos enfrentarnos a la situación “potencialmente amenazante” con las máximas garantías de éxito.

La intensidad y la duración de una situación estresante desempeñan un papel crítico en la determinación de sus posibles consecuencias para la salud del individuo.

¿Cuáles son las consecuencias del estrés?

Tenemos consecuencias psicológicas, físicas y sobre el comportamiento.

Entre las consecuencias psicológicas podemos ver preocupación excesiva; sensación de confusión; dificultad para mantener la atención o tomar decisiones; trastornos del sueño; ansiedad, miedos y fobias; adicción a drogas y alcohol; depresión y otros trastornos afectivos, o alteración de las conductas de alimentación…

Como consecuencias físicas pueden aparecer alteraciones musculares, como tensión y dolor, gástricas e intestinales, cardiacas y vasculares, pulmonares y respiratorias; alteraciones del sistema nervioso central, como trastornos del sueño, debilidad, desfallecimientos o dolores de cabeza; problemas cutáneos; disfunciones sexuales, como frigidez e impotencia; alteraciones de la menstruación, inmunitarias…

¿Es posible controlar el estrés?

Afortunadamente, lo mismo que hemos aprendido a tener estrés, podemos desaprenderlo. Desde la psicología podemos desarrollar diversas técnicas que nos resultarán eficaces para reducir el estrés y la ansiedad.

Técnicas que nos resultan eficaces para reducir el Estrés y la Ansiedad

  • Técnicas fisiológicas como la relajación y la respiración diafragmática.
  • Técnicas cognitivas como la parada de pensamiento y las autoinstrucciones.
  • Técnicas de control de los pensamientos perturbadores: Actuación Racional Emotiva.
  • Ordenación saludable de la vida psicológica y física:
  1. Favorecer la aparición de pensamientos positivos;
  2. Recuperar buenos hábitos: realizar una actividad física adecuada, dormir lo suficiente, mantener una dieta equilibrada;
  3. Ser realista, definir prioridades, organizar y gestionar bien el tiempo, controlar las adicciones, practicar con asiduidad técnicas de relajación y respiración, y
  4. Consultar a un profesional cuando sintamos que nuestro grado de estrés nos resulta perturbador.

FUENTE: Marcelino Ruiz de arcaute para la revista «Mundo CNAT»