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Ahora que la temporada de fútbol ha acabado, con un equipo español campeón de la Champions League y otro subcampeón; ahora que empieza el mundial y que los equipos están a la expectativa de fichar a las nuevas promesas que despunten en Brasil; ahora que se critica a otros equipos que no han cumplido sus objetivos este año, a pesar de presupuestos millonarios desmesurados (a modo de ejemplo, el presupuesto anual del Real Madrid o Barcelona ronda los 500 millones de euros, mientras que la construcción de un hospital de cerca de 900 camas como es el de Puerta de Hierro de Madrid costó aproximadamente la mitad de uno de estos presupuestos)… es momento de reflexión sobre si la planificación de la temporada ha sido la correcta y de cómo se debería abordar la siguiente,

¿Realmente los equipos analizan los resultados no económicos, viendo dónde han estado los fallos?, ¿se debe realmente a una mala planificación de la plantilla, fichajes mediáticos sin encaje ni entendimiento con el resto, cambio de entrenador y cuerpo técnico con una manera diferente de trabajar y con falta de liderazgo?, ¿acertó el Real Madrid en «tirar la liga», priorizando y jugándosela a la carta de la final de la Champions?, ¿el secreto del Atlético de Madrid para que con un presupuesto del 25% de los anteriores haya llegado hasta donde ha llegado está más en una buena planificación o en la figura de un entrenador con mucho liderazgo?,…

Pues bien, en las organizaciones ocurre lo mismo. En cada cierre se plantean preguntas como: ¿ha habido una buena planificación, trimestral o anual?, ¿se analizan correctamente los resultados?, ¿se modifica la estrategia para conseguir los objetivos?, ¿la plantilla está alineada con la dirección?, ¿el dimensionamiento de recursos es correcto?, ¿se modifican los procesos operativos  para alinearlos con los sistemas de gestión?, ¿se marcan nuevos indicadores que permitan monitorizar la actividad más a corto plazo, y que permitan evitar sorpresas?, ¿existen líderes adecuados en la organización para reconducir la situación?, ¿el proceso de toma de decisiones es lo suficientemente ágil y permite iniciar acciones ad hoc?, ¿existe cohesión entre los mandos intermedios para mitigar las fricciones inevitables que se producen a diario?, ¿está fallando la comunicación interna?¿el clima laboral es el adecuado? ¿se trabaja en la mejora de la rentabilidad a través de la implicación de los miembros de la organización con medidas que favorezcan, tanto la conciliación, como la felicidad dentro y fuera de nuestro ámbito de actuación?…

Todas estas son preguntas que los clientes de Apertia Consulting nos plantean de forma continuada, y a las que damos respuesta a través de un sólido proyecto adecuado a sus necesidades que les permita mejorar sus resultados.