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Mª Jesús Álava Reyes (Apertia Consulting), nos da los mejores consejos para abandonar o despojar a otros del mal humor por las mañanas.

Hay personas que no se soportan ni a sí mismas por la mañana. Han dormido bien, pero los primeros compases del día vienen inevitablemente acompañados de malas caras y un humor de perros que deriva con frecuencia en discusiones con otros miembros de la familia, incluso cuando están de vacaciones.

Al contrario de a quienes el cansancio les impide a partir de cierta hora del día relacionarse con normalidad, ellos acostumbran a estar más alegres de noche, pero se levantan cansados, con sentimientos negativos automáticos y necesitan dos o tres horas para recuperar su buen humor por las mañanas. «Son personas con biorritmos muy señalados, es un tema casi fisiológico», explica la psicóloga María Jesús Álava Reyes que ante este problema físico aconseja medidas también físicas para desactivarlo:

Qué hacer si el protagonista es uno mismo…

– Ser consciente de esos sentimientos negativos automáticos de cada mañana hará que pueda sustituirlos por otros más adecuados a la realidad del momento: «voy a darme una ducha tranquilo…»

– Desayunar. Se ha comprobado científicamente que la insalivación cambia los niveles de ansiedad.

– Ducharse, con agua fría al final. Así se consigue desconectar los niveles de agresividad. Este pequeño cambio en el organismo supone una distracción en el sistema nervioso autónomo. Se libera un espacio mental que se puede llenar con pensamientos más positivos.

– Levantarse antes. Así tendrá una cara más amigable cuando los demás se despierten.

… ¿y si se convive con alguien así?

– No empeñarse en hablarle demasiado por la mañana. Es mejor respetar su silencio.

– No entrar en la provocación. Es mejor hacer como si uno no se entera de su mal humor.

– No recriminarle nada porque inevitablemente saltará y se pondrá de peor humor.

– Si se puede, tener algún gesto afectivo.

Si es un niño, además de estos consejos, conviene mojarle la cara, las manos y las muñecas con agua fría y darle pronto de desayunar.

Afortunadamente resulta raro el caso en el que todos los miembros de una familia tienen un despertar torcido. «Ya es una bomba si hay más de un miembro que se levanta así, es una disputa permanente por las mañanas», apunta Álava Reyes, que destaca que las parejas «casi siempre en esto son complementarias», aunque su relación sexual se puede ver afectada también por este mal humor. «Los hombres se levantan con un nivel de excitación importante, mientras que para las mujeres el acto sexual suele ser la culminación de un proceso afectivo previo, necesitan más tiempo», recuerda la psicóloga. «Cuando el hombre lo exige pretendiendo disipar así su mal humor, el conflicto está garantizado».

El caso extremo lo constituyen las personas que siempre son muy pesimistas, no solo en las primeras horas de la mañana. «Estas sí necesitan una ayuda más profunda», apunta Álava Reyes. Están programados con pensamientos negativos, muy distorsionados, y tienen que llevar a cabo un trabajo psicológico, una «reestructuración cognitiva», para ser conscientes de esos pensamientos, saber cortarlos cuando son intensos e intentar sustituirlos por otros más positivos. Cuando el afectado asume lo que le ocurre, «este tratamiento cognitivo-conductual es muy eficaz», asegura la psicóloga.

El problema es que a veces estas personas no son conscientes o no quieren ser ayudadas y condicionan mucho la vida de quienes les rodean. En estos casos, María Jesús Álava es tajante: «Hay que coger distancia porque te contaminan». No se debe secundar su actuación. «Solo van a reaccionar cuando alrededor no se les tolere».

Fuente: radiopolar