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MANAGEMENT. La crisis está provocando un cambio en la forma en la que los directivos dirigen sus equipos. Uno de los modelos que cobra fuerza es el de la gestión basada en el temor.

El cansancio acumulado, la presión o las largas jornadas de trabajo por las reducciones de plantilla se traducen en consultas de psicología repletas de profesionales al límite. «Llegan con estrés e incluso crisis de ansiedad porque no pueden ni siquiera permitirse el estar de baja», cuenta María Jesús Álava, directora del centro de psicología Álava Reyes y Apertia-Consulting.

El miedo paraliza.

La crisis y las situaciones límite de las compañías han hecho que se vuelva a modelos empresariales centrados únicamente en la productividad. En algunos casos, muchas empresas se inclinan por una gestión basada en la amenaza y el miedo.
Con el tiempo, la sobreexplotación termina siendo perjudicial para las empresas y, obviamente, también para los empleados. «Es un modelo que no funciona a medio-largo plazo porque llega a un punto en el que la gente no puede más», dice Álava. El clima laboral se enrarece bastante y se genera una tensión, que según los expertos, aumenta el número de errores en la organización.

Otro de los aspectos que se están descuidando mucho y que tiene que ver con la llamada gestión del miedo, es la desatención del talento en la empresa. Los directivos enfrascados en su búsqueda de beneficios y en capear la crisis no concentran sus miras en salvaguardar el talento existente en su empresa ni en buscar nuevo. El mejor directivo es aquel que sabe que dispone de los mejores colaboradores, y para ello debe ser exigente con el talento de su equipo, saber proteger aquel del que ya tiene y buscar aquel que se encuentra disponible. Premiar e incentivar los retos y los mejores es siempre más positivo que gestionar bajo amenaza.

Fuente: 20minutos