Resultados
Reducción en rotación de personal
Análisis de clima
Radiografía emocional: transformar datos en bienestar organizativo
Industria: Educación
Servicios: Bienestar organizativo
Resultados
Reducción de sintomas de burnout reportados
¿Cómo ayudamos a una gran organización educativa a conocer y mejorar el bienestar emocional de su plantilla?
Una gran entidad dedicada a la formación, con presencia nacional y en pleno proceso de transformación interna, quería entender en profundidad el estado emocional de su plantilla. Tras años marcados por el impacto de la pandemia y con un colectivo especialmente expuesto al estrés y al burnout, la dirección buscaba datos objetivos que permitieran identificar los factores organizativos y locales que afectaban al bienestar, la productividad y la calidad del servicio ofrecido. Nunca antes se habían realizado análisis de clima ni evaluaciones psicosociales en la organización.
El reto
La organización partía de una situación compleja: sin antecedentes de análisis sistemático sobre el clima laboral o los riesgos psicosociales, pero con la percepción clara de que existían focos de desgaste importantes en distintos centros. A esto se sumaban los efectos acumulados de la pandemia, una estructura organizativa centralizada con realidades muy diversas según el centro, y una plantilla sometida a elevados niveles de exigencia emocional. El reto era doble: por un lado, construir un diagnóstico riguroso y segmentado del estado emocional de los empleados; por otro, identificar los factores, tanto estructurales como contextuales, que incidían en su bienestar, compromiso y productividad.
Nuestra intervención
El proyecto comenzó con la definición conjunta, junto al equipo de recursos humanos, de una serie de indicadores clave relacionados con el bienestar emocional, el estrés, el compromiso y la productividad. Para ello, utilizamos como base la herramienta Capital Emocional desarrollada por Apertia Consulting, adaptándola a las necesidades específicas del cliente. Seleccionamos las variables más relevantes desde una doble perspectiva: individual (estado emocional, resiliencia, percepción de apoyo) y organizativa (factores estructurales, cultura, liderazgo).
La muestra se segmentó según criterios personales y laborales para asegurar un análisis sensible a las diferencias entre centros y perfiles profesionales. Además, se incorporó el indicador NPS (Net Promoter Score) como criterio sintético de experiencia del empleado, clasificando a los participantes en tres categorías según su nivel de recomendación. También se habilitaron campos de texto libre para recoger matices, opiniones y observaciones adicionales que pudieran enriquecer la interpretación de los datos.
Una vez recogida la información, aplicamos tres estrategias de análisis:
- Análisis estadísticos clásicos para identificar el peso de las variables sociodemográficas y laborales en la experiencia subjetiva.
- Modelos de regresión avanzados y algoritmos de aprendizaje automático supervisado para estimar qué factores explicaban mejor las puntuaciones del NPS.
- Análisis de texto mediante procesamiento del lenguaje natural (NLP) para detectar patrones y temas recurrentes en los comentarios abiertos, utilizando modelos de clasificación semántica y análisis de sentimientos.
Desde el punto de vista técnico, se utilizó la plataforma Capital Emocional, adaptada e integrada en la intranet de la organización para facilitar la participación. Además, los resultados fueron integrados en una herramienta de visualización dinámica, lo que permitió a la dirección acceder fácilmente a comparativas entre centros, identificar focos críticos y replicar buenas prácticas.
Los resultados
El análisis permitió identificar con claridad tanto los focos de mayor deterioro emocional como los centros con mejor clima y funcionamiento interno. Se detectaron patrones consistentes en la aparición de síntomas de estrés y burnout, asociados a determinadas condiciones organizativas y estilos de gestión local. Asimismo, se observaron relaciones significativas entre el compromiso percibido, el bienestar emocional y la productividad, lo que permitió priorizar áreas de intervención basadas en evidencia.
La herramienta de visualización facilitó una lectura ágil de los resultados, permitiendo a la dirección y a los responsables de centro comparar datos entre unidades, detectar puntos críticos y extraer buenas prácticas replicables. Los análisis textuales aportaron un nivel adicional de comprensión, revelando preocupaciones comunes, demandas concretas y aspectos culturales invisibles en las métricas cuantitativas.
Como resultado del estudio, se diseñaron planes de acción específicos para los centros más afectados, se pusieron en marcha programas de formación en autocuidado emocional y se habilitó el acceso a servicios de atención psicológica para empleados con niveles altos de riesgo.
Conclusiones
Este proyecto puso en valor la importancia de abordar el bienestar emocional desde una perspectiva sistemática, basada en datos y adaptada a la realidad diversa de una organización compleja. A pesar de la falta de antecedentes en análisis de clima o riesgos psicosociales, fue posible construir un modelo riguroso que permitió identificar los factores críticos que impactaban en el compromiso, el rendimiento y la salud emocional de la plantilla.
El uso combinado de métricas objetivas, herramientas de análisis avanzadas e inteligencia artificial proporcionó a la organización una radiografía precisa y accionable de su estado interno. Más allá del diagnóstico, la implementación de medidas concretas —desde intervenciones locales hasta programas de apoyo psicológico— permitió a la entidad actuar de forma proactiva, cuidando a su gente y sentando las bases para una cultura más saludable, sostenible y orientada al servicio.
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